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A Belén , de 52 años, siempre le han llamado la atención «los trabajos laboriosos». Practica su afición recreando retablos famosos en miniatura. Junto a su amiga Paz , llevan un año trabajando estas figuras dignas del más afinado escultor. Ambas coincidieron en 2009 «trabajando en Viena, decorando una tienda de delicatessen y un restaurante español» y, una vez en Oviedo, decidieron empezar con este laborioso trabajo. «Paz se encarga de las ilustraciones y la pintura y yo me encargo de los remates» explica Belén. Cuentan también con la «inestimable ayuda» de Ron Prado, marido de Belén y «el encargado de construir la carpintería» de la carcasa de los retablos

En un taller improvisado dentro de su casa, pasan «dos horas diarias trabajando». Fabrican los moldes de madera para las figuras del retablo, «cincelando y puliendo los detalles». Principalmente trabajan «con barro o con resina». Una vez conseguida la forma deseada tras sacar la figura del molde, le aplican primero una capa de pintura base; luego la doran; y finalmente la envejecen hasta lograr el aspecto deseado. El realismo otorga un añadido extra a la fidelidad de la representación.
La parte trasera de los retablos está decorada con una ilustración religiosa, «generalmente acorde con el motivo de la obra», apunta Belén. La composición también tiene su miga, las dos socias cuidan «los detalles para armonizar la obra». Lo único que no realizan a mano es la figura central, que piden por encargo.

Arte Religioso a Escala,entrvista en El Comercio